lobotomía

Uno de los capítulos más negros de la psiquiatría, y en general de la ciencia médica, fue (a mediados del siglo pasado) la aplicación indiscriminada de lobotomías (operación consistente en la ablación de los lobulos frontales del cerebro, cambiando de forma radical el carácter de los "pacientes"). Tan sólo en Estados Unidos se practicaron alrededor de 100,000 de estas operaciones, siempre como un remedio fácil a cualquier mal de la cabeza. En la foto podemos ver al Dr. Walter Freeman haciendo una de sus operaciones. Este señor "creó" una técnica que se brincaba todos los preceptos quirúrgicos normalmente aceptados. Simplemente introducía un cincel por la cavidad ocular del paciente hasta tocar el cerebro, luego revolvía "como si estuviese haciendo mayonesa" y ¡listo!. De hecho, este siniestro personaje acostumbraba recorrer todo el país en una camioneta llamada Lobotomovil, dándole a sus operaciones un carácter meramente ambulatorio. El remedio perfecto para deshacernos de familiares incómodos. El caso más famoso de estos procedimientos es perfectamente ilustrativo. Rosemary Kennedy, del famoso clan estadounidense, fue sometida a la operación por órdenes de su padre Joseph (sin que se enterara su madre, por cierto). La chica de 23 años tenía un leve retraso mental, mismo que aunque le daba un carácter vivaz (manifestado en ocasiones por una conducta sexual excesiva), le provocaba serias dificultades escolares. El complaciente padre pensó que podría ser un riesgo para la carrera política de la familia, y bueno, después de la operación quedo reducida a un comportamiento infantil, de estar en constante farfulleo y mirando siempre a las paredes. La desdichada hermana falleció en enero del 2005 a los 86 años.