chivo expiatorio
El origen de los "chivos expiatorios" tiene lugar en la antigua Grecia, donde constituían todo un rito civil. A expensas del erario público se les ofrecía casa y comida a un grupo de seres humanos deformados, feos y salvajes, a efecto de sacrificarlos. Cuando las inundaciones, la hambruna, peste o cualquier otro flagelo azotaba alguna ciudad, los ciudadanos elegían al más desagradable de dichos seres, lo llevaban al lugar de sacrificio (en las afueras de la ciudad), lo alimentaban con sus propias manos -con tartas de cebada e higos-, le pegaban con frutas silvestres. Frenéticamente le golpeaban el pene y escroto con cebollas hasta que, luego de una larga agonía, moría. A continuación prendían una hoguera con la madera de los árboles, ofrecían el cadáver a las llamas, y por último, esparcía las cenizas y las arrojaban al mar. De esta manera la ciudad era purificada.
2 Comments:
At 5:48 p.m.,
José Luis Leyva said…
Me parece innovadora la tortura con cebollas. Sobre todo si se usaban las tipo "cambray".
At 1:04 a.m.,
Roberto A. Juarez-Garza said…
Criadillas encebolladas. Ahora comprendo a mayor profundidad la razón por la cual las cebollas conducen al llanto.
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